Explorar el Parque Nacional Llullaillaco es adentrarse en un ecosistema de alta montaña, donde la biodiversidad ha aprendido a sobrevivir en condiciones extremas. Entre los habitantes más emblemáticos se encuentran los mamíferos andinos, especies adaptadas al frío intenso, la radiación solar y la escasez de oxígeno.
Especies que se pueden observar
Durante el trekking y las caminatas por quebradas, vegas y salares del parque, los visitantes pueden encontrarse con:
- Vicuñas (Vicugna vicugna): suaves y ágiles, forman grupos en vegas altoandinas y se alimentan de los pastos de altura. Son uno de los animales más representativos del altiplano chileno.
- Guanacos (Lama guanicoe): de mayor tamaño que las vicuñas, estos camélidos suelen pastar en las laderas y planicies cercanas al volcán Llullaillaco.
- Chinchilla andina (Chinchilla brevicaudata): pequeña y nocturna, es difícil de observar, pero su presencia se delata por los refugios rocosos y madrigueras que habita.
- Puma (Puma concolor): depredador solitario, se mueve en los sectores más remotos y rocosos del parque, generalmente al amanecer o al anochecer.
Además, el parque alberga especies menores como zorros culpeo y chilla, que aunque son más esquivos, pueden ser avistados en sectores abiertos y vegas.
Recomendaciones para el avistamiento
La fauna del Llullaillaco se encuentra en un ambiente frágil y sensible, por lo que se aconseja:
- Mantener distancia prudente y no intentar alimentar a los animales.
- Evitar ruidos fuertes que puedan alterar su comportamiento natural.
- Utilizar binoculares o cámaras con zoom para observarlos sin interferir en su hábitat.
- Respetar los senderos y las señalizaciones oficiales de CONAF.
Un ecosistema único
Los mamíferos del Parque Nacional Llullaillaco son testigos de un ecosistema extremo y poco alterado por la actividad humana. Observarlos es una experiencia que combina aventura, aprendizaje y conexión con la naturaleza, en un entorno que ofrece vistas sobrecogedoras del volcán Llullaillaco, salares y vegas altoandinas.
Recorrer estas tierras es entender cómo la vida se adapta a la altura y la aridez, y cómo la conservación de estos espacios protegidos permite mantener viva una biodiversidad única en Chile.